Han pasado un par de días desde la tremenda derrota o magnifica victoria que para unos y otros significó el 5-0 del partido. Ahora, a toro pasado, es facíl analizar las razones y sacar conclusiones, para mi prematuras, de las tacticas o estrategias, de entrenadores o jugadores, o en definitiva del significado del encuentro. Pero lo que esta bastante claro es que casi nadie minutos antes del pitido inicial, imaginaba un resultado o un desarrollo del juego como el producido. Es evidente que en un partido de fútbol sólo podemos manejar tres escenarios posibles, la victoria y por consiguiente la derrota de uno de los dos equipos o el empate, por el que yo me decante en mi análisis anterior, basandome en el fútbol que ambos equipos venian desplegando, y que a priori equilibraba el encuentro.
Para hacer un pronóstico a favor del Real Madrid habia que tirar de psicología y meterse en la mente de los aficionados madridistas y me atrevo a decir que también en la de los jugadores, existia la percepción, conociendo la trayectoria del equipo, de que esta era una ocasión propicia para empezar a nivelar la aplastante superioridad culé demostrada ante los blancos en las últimas dos temporada y que tiene un fiel reflejo en el diferencial de goles conseguido por uno u otro equipo, 16 goles a favor del Barça por sólo 2 del Madrid, y que con Mourinho al mando esa tendencia podría revertirse con una victoria blanca, un objetivo básico por el que, no me cabe la menor duda fué contratado, el de empezar a devolverle al Barça las derrotas sufridas en carne propia.
Por otra parte, para pronosticar una victoria culé, había que haber caido en que todos los ambitos azulgranas, desde los aficionados hasta los jugadores pasando por el cuerpo técnico y administrativo del club, periodistas y medios afines, se le tenian ganas a Mou y más cuando se presentaba de nuevo en el Camp Nou como entrenador del Real Madrid, y me atrevería a decir, que incluso aquellos barceloneses a las que no les gusta el fútbol , deseaban desquitarse de afrentas pasadas, bajarle los humos y darle una lección de humildad a Mourinho y de paso a alguno de sus jugadores, y a la vista está que lo han conseguido; derrota contundente, superioridad total del estilo de juego, liderato y la mayor derrota nunca encajada por el gran y mediatico entrenador portugues. Si eso no es desquitarse al menos lo parece, y para remate, las sanciones de la Uefa por el numerito de las tarjetas en el partido ante el Ajax.
A lo que quiero llegar con este argumento, es que en mi opinion, daba igual con que equipo se presentara Mourinho de nuevo en Can Barça, y no me refiero solamente a la alineación del Madrid, podría ser todavía entrenador del Inter o del Chelsea que le hubieran caido de todas formas cinco goles, como he dicho antes le tenian más ganas a Mou que al propio Madrid, al que ya le habían humillado en el Bernabeu. La conjunción de Mou como entrenador blanco sólo acentuó aún más esta sensación. Mourinho nos guste o no genera admiración y odios allá por donde pasa, y esos sentimientos concentrados en un estadio son una energia muy poderosa que tendemos a obviar en los análisis de un partido como este.
Sin embargo, y pensando ya en próximas confrontaciones, tanto Jose Mourinho como sus jugadores habrán tomado nota de lo sucedido, y la vuelta en el Bernabeu se presenta apasionante. Creo que en el mundo del fútbol durante los próximos años vamos a ser testigos de una rivalidad similar al estilo de la exixtente entre Federer y Nadal en el tenis, y no hace falta decir a quien representa uno y otro, lo unico deseable es que al igual que con estos dos grandes tenistas la deportividad se imponga en las canchas, en este caso, de fútbol.